Actualmente se han realizado pocos estudios sobre la eficacia del mindfulness, entre ellos se encuentran:
Hofmann y colaboradores (2010), realizan una revisión del mindfulness para el tratamiento de la depresión y la ansiedad, señalando que a pesar de ser una técnica muy popular y conocida no se tiene todavía el suficiente conocimiento sobre su eficacia. Para ello, realizaron un metaanálisis con 39 estudios donde participaron un total de 1140 participantes que recibieron terapia basada en mindfulness para las siguientes patologías: cáncer, trastorno de ansiedad generalizada, depresión y otros problemas psiquiátricos.
Estos autores concluyeron que el mindfulness es una técnica prometedora para los problemas de ansiedad y de los estados de ánimo en poblaciones clínicas.
Por otro lado, Miró y colaboradores (2011), realizaron una revisión sistemática sobre los tratamientos basados en mindfulness revisando 1450 referencias bibliográfica de los cuales detectaron que 15 estudios cumplían los criterios de selección de los participantes.
Concluyeron que las intervenciones terapéuticas basadas en la atención plena resultan moderadamente eficaces en la reducción de los síntomas de depresión y ansiedad.
Al día de hoy se necesita realizar más estudios aleatorizados con grupo de control para que pueda establecerse la eficacia del mindfulness.