El trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se puede definir como “la coincidencia de síntomas derivados de una baja capacidad atencional, de una falta de control de la impulsividad y de una manifiesta inquietud” (Narbona y Artigas-Pallarés, 2011).
La prevalencia se estima en un 5% de la población infantil, siendo más frecuente en los niños que en niñas que presentan a su vez un patrón con más características de inatención.
El tratamiento consta de:
- Tratamiento farmacológico que deberá ser prescrito por un psiquiatra. Disminuye la sintomatología a corto plazo mejorando el rendimiento escolar y el control de la conducta disruptiva.
- Tratamiento psicológico se basa en la terapia cognitivo conductual y la psicoeducación a la familia para trasmitirles información y enseñarles las técnicas de modificación de conductas a través del reforzamiento positivo, negativo, coste de respuestas, tiempo fuera, economía de fichas y extinción. Con los adolescentes es muy eficaz los contratos de contingencias. Igualmente se utilizan estrategias de autocontrol como las autoinstrucciones, autoevaluaciones y sobre todo el control de la ira ante la impulsividad y las conductas agresivas.
- Tratamiento psicopedagógico que sirve para poder ayudar a los menores ante sus problemas académicos y utilizar otras formas de aprendizajes.